martes, 13 de marzo de 2012

REFLEXIONES SOBRE...


LA COMPETENCIA DOCENTE Y EL DESARROLLO PROFESIONAL,  un artículo de Gregorio Pérez de Obanos

La distinción que hace el autor de los tipos de docente me parece algo de lo más acertado para emprender un análisis acerca de la práctica de la misma.  En mi opinión,  estas tres definiciones de tipos de profesores (el lector, el profesor y el facilitador) que propone el autor las podemos encontrar en una misma persona a lo largo de su carrera profesional, unos pasarán de etapa con mayor facilidad y rapidez, y otros tardarán más tiempo; o simplemente se estacarán en alguna de las dos primeras.
A mi entender, esa figura que presenta al principio como el mayor grado en desarrollo docente, el nuevo profesor, "el facilitador", es a la que debemos aspirar; el profesor comprometido con sí mismo y con sus alumnos, el que es consciente de la importancia de la reflexión crítica y tiene instrumentos para llegar a ella.
El planteamiento del autor del texto se vuelve más interesante en el momento en que te explica cómo conseguir ir pasando de una fase a otra. Realmente, este es un tema que ya llevaba un tiempo inquietándome; pero nunca había tenido entre mis manos un material teórico que te guiara hacia la obtención de los componentes necesarios para el buen desarrollo del profesional de ELE.
En este punto, quisiera recuperar una aportación que hice en uno de los foros al principio del curso, porque para mí está directamente relacionado con esto. En ella, intentaba expresar mi interés por este tema  del desarrollo de la competencia docente, todavía sin saber muy bien cómo definirlo. Mi mensaje era el siguiente, al hilo de un texto que dejó una compañera:

"Yo querría proponer también que no nos olvidemos de otra figura importante, sobre todo para nosotros que aspiramos a ser profesores. Hablo del "observador". 
Para mí esta acción, la de observar, es muy importante dentro de la docencia, sobre todo desde el punto de vista del que enseña. Eso, y una especie de intuición que debemos ir desarrollando; esta es, según creo, la que nos revelará lo que el alumno irá necesitando en cada momento de su aprendizaje. 
Observación, intuición, comunicación... en mi opinión, claves para ser un buen profesor de lo que sea."

La idea de que había algo más me rondaba por la cabeza.
Llevo bastante tiempo tomando clases de canto. Mi profesora es una mujer muy luchadora, con bastante experiencia y titulaciones de varios países, lleva más de quince años dedicada a la profesión. A priori esto nos puede parecer bastante. Yo nunca la he visto dejar de estudiar, y nunca lo hizo anteriormente. Viaja tres o cuatro veces al año a otros lugares para recibir clase de otros profesores, está tratando de certificarse en un método muy prestigioso en el mundo del canto... Es decir, invierte, invierte, invierte.... su tiempo y su dinero, para mejorar. Para mejorar como docente! Nunca se para de aprender en esto de la enseñanza.
Mencionar este experiencia personal era simplemente para demostrar que el hecho de tener enfrente a este tipo de enseñante, aunque sea de otro campo, me ha influenciado bastante a la hora de emprender una búsqueda en el desarrollo de esta profesión, la del profesor de ELE. Es decir, el instrumento necesario para pasar de una fase a otra, si es que lo vemos de esta manera.
Cuando me matriculé en este curso no sabía hasta qué punto estaba tan cerca de mis inquietudes.

Volviendo al artículo que nos ocupa, resaltar que la clave que ofrece para desarrollar al docente ha sido mi gran descubrimiento personal, lo que necesitaba para poner delante como guía en todo este proceso: la reflexión crítica. Por delante de los conceptos que ya había elegido como claves, esto es, la observación, la intuición, la comunicación. Conceptos que formaban parte de mis creencias.
El autor nos plantea una serie de procedimientos para iniciar esta reflexión crítica: la recogida de datos, su análisis posterior (la reflexión) y la toma consciente de decisiones. Nos propone observar el proceso cíclico que se produce al utilizar estos procedimientos: la planificación, la acción, la observación y la reflexión.
¿Con todo esto qué quiero decir? Que a reflexionar también se aprende.
Y es aquí donde entra en juego el otro instrumento clave del curso: el portafolio, la herramienta necesaria para llevar a cabo la reflexión crítica. Otro elemento que me era desconocido y que me ha servido de mucha ayuda, un documento "vivo" que nos obliga a mantenernos en constante estado de reflexión.

Con este trabajo, el autor, Gregorio Pérez de Obano, ha pretendido despertar la conciencia sobre la importancia de la propia reflexión de la práctica del docente de ELE. Puedo asegurar que, conmigo lo ha conseguido.

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